http://www.youtube.com/watch?v=0j2MdRV6dD8
domingo, 20 de enero de 2013
Aprender los números cantando!!!
Una manera que resulta facil y divertida de aprender los números.....
http://www.youtube.com/watch?v=0j2MdRV6dD8
http://www.youtube.com/watch?v=0j2MdRV6dD8
Estrategias para la enseñanza de números
Estrategias para la enseñanza de números
Sabemos que los niños tienen ideas previas, adquiridas por el intercambio con el medio natural y social.
Podemos enseñar a partir de ellas. No siempre hacemos uso de esas ideas.
Si queremos trabajar con los niños, por ejemplo, numeración, indagamos sobre los conocimientos que poseen y luego nos dedicamos a "enseñar" los cinco primeros números. ¿Para qué indagamos las ideas previas que poseen?. Si deseamos comenzar a trabajar el espacio geométrico y después de ver a los niños jugando con bloques, comenzamos mostrando figuras planas, ¿qué sentido tiene el haber observado el juego?. ¿O tal vez no se lo ha hecho?.
Es cierto que la enseñanza inicial de la matemática básica no ha sabido capitalizar demasiado a menudo la riqueza del conocimiento informal y esto ha hecho que se la enseñe desconectada de la realidad y en forma mecanicista y repetitiva
que tal si se empieza dando secuencia al orden de los numeros asi
con el uno sale la luna
con el dos sale el sol
con el tres sale Andres
con el cuatro sale el gato
con elcinco yo doy un brinco
con el seis camino al revez
con el siete vuela un cohete
con el ocho sale pinocho
con el nueve me cae nieve
y al diez no lo vereis.
esta retahila nos va a facilitar el conteo en forma ascendente de los numeros ya que los niños lo pueden aprender haciendo movimientos con su cuerpo.
siguiendo la secuencia adecuada
1.Decir los números a partir de un número dado.
2.Pedir a algún niño que diga un número, y a partir de ese continuar el recitado. .
3.Detenerse ante un número dado.
Esto hará, que el niño tenga que memorizar el número ante el cual debe detenerse y luego recomenzar la serie.
4. Recitar los números en ambos sentidos.
Jugar una carrera, cuando los niños están listos en la línea de partida, contar 3, 2, 1 y parten.
5. Detectar errores u omisiones en el recitado de otro compañero y de la docente. . Por ejemplo: ante el recitado 1,2,3,5. La docente preguntará, ¿qué número falta, cuál es el anterior a ese y el que le sigue?.
6,.presentamos los numeros con figuras distintivas que se parezcan a cada uno de ellos asi
el cero una bolita redondita
el uno es un soldadito muy narizon
el dos es un patico nadando en el lago
el tres un conejito saltarin
el cuatro es un señor con su pierna cruzada
el cinco es un policia muy barrigon
el seis es una carita diciendo adios
el siete es un pecesito volador
el ocho es un gatico rellenito
el nueve la serpierte de tierra caliente
sábado, 19 de enero de 2013
Aprender las vocales a través del juego.
Aprender la letra A.
Sara, Laura, Paula... El nombre de muchas niñas no solamente se escribe con una A sino con dos. En el de los niños también es frecuente: Antonio, Carlos, Álvaro... Y es que es la más sonora y clara de las vocales. ¿Qué haríamos sin ella?
Aprovecha este juego para enseñársela a tu hijo. En la prueba de Vocabulario, aprenderá varias palabras que la contienen. Pon a prueba su oído con la Discriminación Auditiva. En esta pantalla encontrarás varios dibujos, di sus nombres en voz alta y pide a tu hijo que señale cuáles contienen la letra A. Después rodeará los cubos que contenga la letra mágica en Discriminación visual, y, por último, gracias a Grafomotricidad, aprenderá a escribirla con un lápiz mágico, el ratón de vuestro ordenador.
Pincha aquí para iniciar el juego para aprender la letra A. Cuando pinchamos en este enlace se nos abre esta página:
Aprender la letra O.
Coger el lápiz y dibujar un círculo sin levantarlo del papel le bastará para escribir una "o" y ahora puede practicar también usando el ratón de su ordenador con este juego interactivo.
Empieza con la prueba de Vocabulario para enseñarle varias palabras que la contienen. A continuación, le toca identificarlas con su oído en la Discriminación Auditiva. Encontrarás varios dibujos, di sus nombres en voz alta y pide a tu hijo que señale cuáles contienen la letra O. Después rodeará los cubos que contenga la letra mágica enDiscriminación visual, y, por último, gracias a Grafomotricidad, aprenderá a escribirla con un lápiz mágico, el ratón de vuestro ordenador.
Y por si esto fuera poco, os damos la posibilidad de que imprimais las fichas para que pueda practicar en casa.
¿Os ha gustado nuestra propuesta? Pues pincha aquí para comenzar el juego de la O.
Al pinchar en este enlace se nos abre la siguiente página:
Y así podemos hacerlo con las demás vocales y letras. Es un buen recursos donde, aparte de encontrar información encontramos juegos que son divertidos para los niños y niñas. El enlace de esta página web es el siguiente:
http://www.guiadelnino.com/educacion/aprender-a-leer-y-escribir/aprender-la-letra-o
EL TOP 10 DE MÚSICA INSTRUMENTAL PARA BEBÉS: Estimulación musical.
Estudios recientes apoyan el empleo de la música como uno de los principales estimulantes para el cerebro, no solo el del bebé sino del adulto, generando altos niveles de sustancias neurotransmisoras que favorecen la relajación.
Te invitamos a conocer el Top 10 de música instrumental que definitivamente no te puedes perder:
Lo puedes encontrar en el album de The best classical music for kids and babies en itunes.
Te invitamos en buscar mejorar día a día con tus métodos de estimulación. Recuerda que la música es uno de los mejores estimulantes que existen sobre todo cuando el bebé está en crecimiento y desarrollo, si deseas leer mas sobre el tema te recomendamos:
El embarazo musical de gabriel F Federico. En este libro se abordan todas las bases fisiológicas de la estimulación neuronal a través de la música durante el desarrollo in utero asi como posterior a este.
LINK: http://mundopediatria.blogspot.com.es/p/articulos-de-interes-para-padres.html
LOS NIÑOS Y LA DISCIPLINA: ESTABLECIENDO LÍMITES
Te parece familiar cuando tu hijo se tira al suelo por que no se le brinda algún objeto de su deseo, te hace pedirle al cielo que te trague la tierra cuando empieza a llorar y patalear por algún motivo; aun mas, el adolescente que tienes en casa se tira al drama por no dársele permiso de llegar después de la 1 AM. Es tiempo de que establezcas límites, te enseñamos como.
DISCIPLINA Y DESARROLLO
Los cimientos de la disciplina se establecen los primeros años de vida, no se trata de una anarquía o estructura donde haya un líder dominante, se trata de ser flexibles en ocasiones, los lazos de confianza que día a día vas forjando con tu bebé te han preparado para el momento en que haya que dar un enérgico NO como respuesta.
Es importante que sepas que tu hijo es un libro en blanco en el que se va escribiendo día con día una historia que forjara su carácter (que nada tiene que ver con la personalidad), desde el momento en que el niño empieza a caminar le da sensación de disfrutar cierto aire de independencia, pero desconocen lo que es seguro y lo que no, por lo que tu papel como padre tiene que ver con esto. Los niños aunque parezca que ya con caminar y hablar entendieran los porques de no hacer ciertas cosas, no están listos; No tienen bien definidas las consecuencias de sus actos.
En la edad preescolar el niño ya esta listo y comprende las reglas, sin embargo aun no están arraigadas, reforzándose a la edad escolar estas teniendo ya el niño cada vez mayor sentimiento de responsabilidad de sus actos. Aunque pareciera que la adolescencia es un proceso en el cual se sufren regresiones, el adolescente es cuando ya tiene mayor sensación de libertad y sentimiento de responsabilidad.
Si deseas tener un hijo responsable, debes serlo.
CLASES DE PADRES
El autoritario donde no existe más que un régimen militarizado al que hay que acatarse.
El autoritativo: de manera moderada se fijan límites, el padre confía en la lógica de los eventos naturales esperando que el niño comprenda que lo que tiene como consecuencia es resultado de sus propias decisiones.
El permisivo, el que permite que el niño tenga sus propias reglas, no hay autoridad en ningún sentido.
Estudios actuales indican que los niños que son criados bajo el régimen autoritativo son más seguros de si mismos, responsables.
COMO EMPEZAR.
Hablar con claridad exponiendo el por que de las reglas y estableciendo limites, no amenazar por ejemplo; le diré a tu padre. (Esta actitud desacredita a quien lo esta exponiendo y le quita autoridad, debes demostrar que tu puedes establecer limites y castigos.
IGNORAR
En ocasiones el ignorar un berrinche lo hace desaparecer, los niños lo hacen por llamar tu atención. Cuando la actitud cambie, debe hacérselo saber. Aquí la clave es prestar atención a las actitudes que desee reforzar en su hijo y hacerlas notar.
PREMIOS
Debes entender que no se trata de sobornar, se trata de reforzar. Los premios dependen de la edad y el gusto de los niños, puede ser una salida especial, un cuento extra antes de dormir. Con esto se refuerza positivamente la actitud positiva.
DEBE SER FLEXIBLE
El siempre decir NO lo hace perder su valor, no basta con siempre decirle a un niño lo que no debe hacer, mejor ofrézcale alternativas para que lo lleve a cabo.
EN CASO DE COMPORTAMIENTOS INACEPTABLES
Muestrese firme, no recurra a insultos, el maltrato no funciona solo genera personas agresivas y esto es confirmado por múltiples estudios.
No pierda la calma hemos insistido esto siempre: a nadie se nos ha enseñado a ser padres y el único modelo que tratamos de seguir es con el que fuimos criados, le invito a documentarse más sobre el tema.
LINK: http://mundopediatria.blogspot.com.es/p/articulos-de-interes-para-padres.html
¿Cuándo esta un niño/a preparado/a para aprender a escribir?
El niño no empezará en serio a aprender a escribir antes de primaria. Pero a partir de los 3 años, se le irá preparando poco a poco. Estos son los requisitos básicos necesarios:
1. Orientación espacial. Para aprender a escribir, el niño debe situarse correctamente en el folio, seguir la dirección de la escritura, colocar las letras en orden... Debe dominar las nociones básicas delante-detrás, arriba-abajo y derecha-izquierda. Muchos cuentos trabajan estos conceptos. También puedes estimularlas jugando a esconder cosas. Él las debe encontrar siguiendo tus instrucciones "está debajo del cojín grande", "detrás de la puerta...".
2. Lateralización adecuada. Generalmente, hacia los 3 años, se empieza a mostrar una preferencia por una de las dos manos pero hasta los 6 años aproximadamente, la lateralidad no tiene por qué estar totalmente definida. Antes de aprender a escribir, es importante que el niño se haya decantado por una mano u otra. Una lateralidad más definida puede provocar errores como inversiones (escribir "al" en vez de "la") o rotaciones de letras (d en vez de b). Aunque es poco frecuente, puede producirse el fenómeno llamado "escritura en espejo". Se llama así porque el niño escribe de tal forma que se necesita un espejo para poder leerla. Aunque la lateralidad tiene mucho que ver con la maduración cerebral, juegos como laseriaciones son interesantes para ayudarle a adquirir estos conceptos.
3. Control postural y psicomotricidad fina. El niño debe ser capaz de manejar con precisión los movimientos del brazo, mano y dedos. Muchos juegos están encaminados a estimular la motricidad fina.
4. Discriminación y memoria auditiva. El niño tiene que reconocer la palabra y conservarla en la memoria mientras traduce estos sonidos en palabra escrita. Enseñarle canciones es una actividad estupenda para estimular la memoria auditiva.
5. Coordinación visomotora. Los movimientos de la mano deben responder a adecuadamente a lo que perciben los ojos. En caso de dudas sobre su vista, consulta con tu pediatra.
http://www.guiadelnino.com/educacion/aprender-a-leer-y-escribir/esta-preparado-para-aprender-a-escribir
Juegos de Preescritura
Escribir es una actividad compleja que requiere haber adquirido previamente ciertas habilidades. La mayoría se pueden desarrollar desde los 3 o 4 años sin que el niño se dé cuenta, jugando. ¿Por qué no practicar en casa?
Estas son pequeñas tareas que a tu hijo le gustará realizar en tu compañía y que fomentarán su habilidad para utilizar su mano de manera controlada y precisa.
1. Recorrer caminos. En un folio, puedes pintar un camino que lleve, por ejemplo, desde un pato hasta un lago y pedirle a tu hijo que recorra el camino que tendrá que hacer el pato para llegar a su casa. Estos caminos pueden ser al principio tan sencillos como una franja ancha totalmente recta y después irse complicando con formas más complejas como zig-zag o formando caminos más estrechos.
La dificultad estriba también en el material con el que debe pintar el camino. Los más pequeñitos pueden empezar con pintura de dedo y luego seguir con ceras gordas, ceras finas, hasta llegar al lápiz.
2. Hacer giros. Trazar círculos a derecha e izquierda con distintos materiales (pintura de dedo, ceras, lápices...). Por ejemplo, pintando el contorno de un sol, unos globos, fruta redonda, etc.
3. Unir puntos. Cuando tenga la destreza suficiente para coger el lápiz, puede jugar a unir puntos con distintas formas. Primero, deben ser líneas simples y cortas. Luego, se añadirá longitud y finalmente formas complejas como las letras.
4. Copiar trazos. Para que adquiera precisión en el gesto, anímale a que copie distintos tipos de trazos. Pinta tú los primeros de la línea como ejemplo y luego, deja que sea él quien complete la cenefa o serie. Los más típicos son palos verticales, palos horizontales e inclinados, zig-zag, quebrados, ondas y bucles.
http://www.guiadelnino.com/educacion/aprender-a-leer-y-escribir/juegos-de-preescritura
LAS RABIETAS INFANTILES… O CÓMO COMPRENDER LO INCOMPRENSIBLE
Todos hemos oído hablar de las rabietas. Hablamos de ellas con total normalidad, como algo completamente integrado en nuestro día a día, y los que somos padres nos preguntamos unos a otros con naturalidad “¿tu hijo ya ha empezado con las rabietas?” como cuando preguntamos si les han salido los dientes o si ya sabe ir en bicicleta.
Ahora bien… ¿qué es una rabieta? Rabieta viene de rabia… para mí una rabieta es una demostración explícita y explosiva (con rabia, con ira) de un malestar, de un desacuerdo, sea éste importante o no a ojos de quien contempla el cuadro. Y rabietas las tenemos todos, niños y adultos. Lo que ocurre es que a medida que nos vamos haciendo mayores vamos aprendiendo a canalizar la rabia y los enfados, vamos comprendiendo más nuestro entorno y el por qué a veces las cosas no son como esperamos, y sobre todo… aprendemos a no demostrar muchas de las cosas que sentimos porque parece ser que no está bien visto.
Pero ¿cuándo se produce una rabieta y por qué? Es una rabieta esa escena en una tienda de un niño gritándonos enfadado que quiere ese juguete, lo quiere, lo quiere y lo quiere; o el otro que se tira al suelo porque no quiere irse del parque; o la niña que da patadas al aire mientras grita “No te quiero”; o la que tira al suelo a manotazos un puzzle a medio montar. Pero también tiene una rabieta ese adulto que pega un puñetazo en la mesa mientras habla con el asesor técnico de su compañía telefónica, o el conductor que le grita y le da bocinazos al de delante porque no va más rápido. En realidad, se producen las rabietas fundamentalmente cuando nuestro enfado o nuestro malestar no encuentra una salida lógica. Cuando nos quedamos sin argumentos, cuando nuestra rabia es tan grande que sólo nos queda abrir la válvula de escape. En los adultos pasa menos porque, como ya he dicho, somos capaces de comprender mejor las cosas que van pasando a nuestro alrededor, de otorgarles una explicación y tenemos mayor capacidad de espera. Pero en los niños no ocurren estas cosas, y aun en el caso de que comprendan, de que entiendan que tienen que esperar, que hay que ir a casa porque hay que cenar, que se den cuenta de que el puzzle no tiene la culpa de que ellos no encuentren la pieza correcta, aun en esos casos, los niños no saben “aguantarse” la rabia.
La rabieta es la expresión de sus sentimientos, de la frustración que están sintiendo en ese momento porque no pueden obtener aquello que desean… y es legítimo que lo expresen. No podemos pretender que, además de amoldarse a nuestras necesidades, ritmos y tiempos, además de intentar aprehender conceptos como el tiempo y la generosidad, se queden callados, tendremos que aceptar que lo único que les queda, en muchas ocasiones, es “el derecho al pataleo”, en su más gráfica acepción.
En general, coincido con Aletha Solter en que la mayor parte de las situaciones que provocan esas rabietas en nuestros hijos se pueden agrupar en tres tipos:
- El niño tiene una necesidad básica (hambre, sed, sueño…) que o bien no estamos viendo o bien, aunque la veamos, no podemos satisfacer en este momento.Imaginemos a un niño de 3 años con hambre, en coche, camino a casa y en un atasco… aunque sepamos que tiene hambre y lo comprendamos, probablemente no podamos solucionar el problema; lo más habitual será una rabieta por parte del niño… ¿qué haremos? ¿reñirle por tener hambre? ¿reñirle porque llora? ¿gritarle?… nada de lo que hagamos le saciará el hambre).
- El niño tiene información insuficiente o equivocada de la situación en la que nos encontramos. O bien pensaba que íbamos a quedarnos más rato en el parque, o no comprende por qué hoy, precisamente hoy, tenemos prisa en el súper con lo mucho que le gusta a él jugar en el carrito, o quizás él quería comprar cereales y nosotros sólo hemos entrado a por detergente. Pararnos a escuchar qué es lo que quiere o necesita (quizás sea cierto que se han acabado los cereales), así como explicarle con antelación que hoy vamos corriendo porque tenemos médico, o peluquería, o enseñarle un reloj y explicarle a qué hora dejaremos el parque puede ahorrarnos un mal rato a los dos.
- El niño necesita descargar o liberar tensiones, miedos o frustraciones presentes o pasadas. Muchas veces los niños “aprovechan” cualquier mínimo detalle para entrar en una rabieta. Puede ser que estén enfadados o angustiados por cualquier otra cosa y la situación actual sólo sirva de detonante. Tal vez algo que ocurrió en la escuela, donde no se siente tan seguro como en casa, no sale hasta que está con nosotros, en confianza absoluta. En este caso, al igual que en los anteriores, cortar la expresión de rabia no va a hacer más que aumentar el malestar y dilatar en el tiempo la descarga.
Así, desde este punto de vista, no encuentro demasiadas situaciones “enrabietadas” que me parezcan dignas de reproche. Son, sencillamente, señales de alarma. Oportunidades. Para nosotros. Para intentar comprender qué nos está pidiendo nuestro hijo. Para saber si necesita algo de nosotros, tal vez algo material, pero quizás sólo una explicación para que el mundo tenga un poco más de sentido. Quizás, tal vez, sólo un poco más de tiempo con nosotros, o de tiempo a secas.
Así que, ante la pregunta de qué hacer cuando un niño tiene una rabieta, mi respuesta suele ser: nada. Es decir, comprender que es una demostración de lo que está sintiendo, y que por mucho que hagamos, no va a dejar de sentir. Podemos ignorarlo, reñirle, gritarle o castigarlo, y probablemente consigamos que no tenga rabietas, o que las tenga menos frecuentemente, o que las tenga menos vehementes, pero no conseguiremos que deje de sentirse mal por lo que está ocurriendo. Y conseguiremos, además, que se sienta culpable por sentirlo, cuando es absolutamente razonable que a veces se sienta disgustado. Así, ante un episodio como los que he descrito anteriormente, o cualquier otro similar, lo mejor que podemos hacer es esperar que pase, hablar con nuestro hijo si nos deja, decirle que entendemos que se siente mal por esta o aquélla razón, dar alternativas si existen, cogerle en brazos o sentarnos a su altura y aceptar el dolor que nos está mostrando. Al fin y al cabo, está siendo absolutamente sincero con nosotros, nos está confiando sus sentimientos y sus emociones, y no podemos hacer menos que aceptarlos. Ponernos de su parte, sufrir con ellos la frustración, ser realmente sus cómplices en un momento amargo será la mejor manera de que vayan comprendiendo el mundo, y lo harán con confianza plena en nosotros, que creceremos también si aprovechamos la oportunidad para profundizar en la comunicación con nuestros hijos.
LINK:http://proyectomaterna.es/para-leer/crianza/las-rabietas-infantiles-o-como-comprender-lo-incomprensible/
¿Cómo enseñar las letras a los más pequeños?
Uno de los pasos previos a la lectura es enseñar las letras a los niños y niñas. Las primeras letras que se deben enseñar son las vocales. Si se las enseñamos de manera dinámica y divertida las aprehenderán mejor y disfrutarán a la par que aprenden.
Hemos encontrado una página de internet que está dedicada a los más pequeños y en la que aparte de aprender las vocales pueden, también, aprender los colores, los números y las formas. Además hay un apartado de actividades donde ellos/as pueden interactuar y afianzar los conceptos aprendidos.
La página es la siguiente:
RETIRAR EL PAÑAL O CONTROLAR ESFÍNTERES
El control de esfínteres y la retirada del pañal son conceptos distintos y, sin embargo, en ocasiones, los confundimos. Un niño al que se le retira el pañal sin estar preparado para ello seguirá sin tener el control de esta función aunque nos empeñemos en lo contrario. E incluso puede ser perjudicial. Hay muchos niños a los que, si fuésemos sinceros con nosotros mismos, deberíamos volver a poner el pañal una vez retirado, pues se ve claramente que lo hemos hecho demasiado pronto. Lo que ocurre es que nos parece un retroceso, asumimos como un fracaso educativo el que nuestros hijos continúen con pañal. Y así, nos empecinamos en seguir adelante, aplaudiendo la mínima señal de continencia. Sin embargo, aunque ya no moje la ropa y el suelo a todas horas, habrá que tener en cuenta otros aspectos.
Si un niño se hace pis cuando se ríe, cuando se pone nervioso, cuando se olvida de ir al lavabo, cuando está demasiado concentrado en una actividad quiere decir que no tiene el tema controlado. A los adultos no nos pasa ninguna de esas cosas… simple y sencillamente porque sí controlamos. Así que no confundamos el hecho de que nuestro hijo (y nosotros) pueda andar con cierta dignidad por la calle, sin mancharse ni manchar, con que el control de esfínteres sea una realidad.
Ahora bien… ¿por qué no esperamos a retirar el pañal cuando realmente el niño esté preparado? Al margen de las valoraciones en función de un pretendido éxito o fracaso educativo, que ya hemos apuntado, hay otras posibles explicaciones, y vamos a hablar de ellas.
En primer lugar, existe un consenso casi unánime en que para que los niños controlen esfínteres, hay que enseñarles, y eso se consigue a través de la retirada del pañal. Sin embargo, lo ideal sería hacerlo exactamente al revés: esperar a quitar el pañal cuando el niño esté preparado para ello, es decir, cuando pueda controlar esfínteres por sí mismo. Esta idea, en general, produce cierto temor. Se suele creer que si uno no le retira el pañal al niño, éste nunca llegará a controlarse, y tendrá problemas de incontinencia. Lo cierto es que, a no ser que haya un problema funcional real, ningún adulto tiene problemas con el control de esfínteres. Lo que nos hace sospechar que se trata de un proceso madurativo propio del ser humano, y no un objetivo educativo que las familias o las escuelas deban asumir como propio. Desde este punto de vista, en vez de retirar el pañal y correr con el orinal detrás de nuestros hijos, sería mucho más cómodo para todos (sobre todo para los niños, que no se sentirían presionados ni evaluados) esperar a que el propio niño nos diga que ya no necesita el pañal.
Además de este temor, existe un problema logístico añadido. El inicio de la Educación Infantil. En la mayoría de las escuelas de nuestro país, por no decir en la totalidad de ellas, no se admiten niños con pañal. Sabemos que es un problema real de tiempo y atención para una sola maestra o maestro tener 20 niños a los que cambiar y limpiar, pero habría soluciones intermedias si hubiera verdadera intención, por parte de las instituciones educativas, de encontrar alternativas. Pero la realidad es que no se asumen estas posibilidades porque no es sólo una cuestión de recursos humanos, sino de lo que entendemos que un niño debe o no debe saber a una determinada edad. Y pensar que todos los niños, a los 3 años (algunos a los 2 años y 9 meses) deben tener controlada esta función corporal es, cuanto menos, una idea difícil de materializar.
La realidad es que cada niño controla esfínteres a una determinada edad, igual que cada niño habla, anda o salta a una determinada edad. El que se asuma habitualmente que a partir de los 2 años debemos empezar a retirar el pañal tiene más que ver con la universalización de la educación infantil, que aún sin ser obligatoria se ve como necesaria (ésta es otra historia que ya trataremos) y de las condiciones que ésta nos impone para admitir a nuestros hijos. Así que, si estamos hablando de un proceso madurativo que tarde o temprano llega a su fin, ¿por qué empeñarnos en hacer pasar a los niños por este mal trago? Dejemos a cada niño seguir su ritmo y encontrarse seguro con su cuerpo antes de imponerle una convención social.
LINK: http://proyectomaterna.es/para-leer/crianza/retirar-el-panal-o-controlar-esfinteres-el-huevo-o-la-gallina/
Enseña a los niños a ver la Televisión
Demasiada televisión
En España, los niños ven la televisión una media de dos horas y 34 minutos al día. Casi 937 horas al año. Es mucho tiempo frente a una pantalla cuyos contenidos, además, distan mucho de ser precisamente adecuados. El resultado son niños irritables, agresivos, con problemas de concentración, que siempre tienen sueño y unos kilos de más.
Claro que esa es la vertiente negativa: la tele también puede servir de maravillosa ventana al mundo, para estimular su curiosidad, su inteligencia, como herramienta de aprendizaje, cuentacuentos…
La solución pasa por enseñar a los niños a hacer un uso racional de ella desde pequeños. Primera regla de oro: nuestros hijos copian todos nuestros comportamientos. Si lo primero que hacemos al llegar a casa es encenderla, ellos también. Y si en vez de mirar tal o cual programa, nos limitamos a ver la tele sin horario ni criterio, ellos harán exactamente lo mismo.
¿A qué edad pueden los niños ver la tele?
Otra gran interrogante es cuándo empezar a verla. Antes de los dos años, mejor que no, según recomienda la Asociación Americana de Pediatría. Un estudio publicado en 2004 por la revistaPediatrics (EE.UU.) alertaba sobre la preocupante relación detectada entre una exposición temprana a la televisión y el aumento de niños hiperactivos, incapaces de escuchar, prestar atención o resolver problemas por sí mismos.
Además, la tele es un entretenimiento pasivo, y, a esas edades, los niños necesitan sobre todo jugar, moverse, explorar, tocar el mundo real para desarrollar plenamente sus sentidos y capacidades. Así que mejor olvidarse de los famosos –e inútiles– programas de estimulación temprana y sacar al peque al parque.
A partir de los tres años, no se deben superar nunca las dos horas diarias, una media que también incluye otros entretenimientos de pantalla (ordenador, videojuegos). También hay que acordarse de que los niños se coloquen a una distancia suficiente de la pantalla (2,5 metros) y el cuarto cuente con una iluminación adecuada.
Consejos, beneficios y riesgos de ver la tele para los niños
Si no quieres que tu hijo se vuelva teleadicto, aquí tienes algunas reglas de oro que debes evitar:
- Que el televisor esté todo el día encendido en casa o durante las comidas familiares.
- Que vea la tele si tiene menos de dos años.
- Instalar un aparato en su habitación.
- Que vean lo que quieran: los padres eligen, teniendo en cuenta su edad y preferencias. Y si es posible, siempre es mejor acompañarlos.
- Que la vean el tiempo que quieran: una vez concluido el programa o película, la tele debe apagarse. Prohibido trasnochar por su culpa.
Beneficios y riesgos de ver la tele para los niños
Si abusamos de la tele, los niños corren el riesgo de:
- Usar un lenguaje inapropiado para su edad, con muchas alusiones sexuales.
- Ser violentos.
- Están aletargados o distraídos o, por el contrario, agitados e hiperactivos.
- Sacar peores notas.
- Ser obesos.
Pero si la usamos bien, les ayudamos a que:
- Aumente su curiosidad y entusiasmo por aprender y explorar.
- Estimular su razonamiento, creatividad e imaginación.
- Conocer otras gentes, culturas e idiomas.
- Reforzar valores importantes.
- Se diviertan mucho.
- Qué pueden ver los niños en la televisión y qué no
También se puede recurrir a los canales temáticos infantiles, cuya programación está diseñada para los más pequeños y apenas contienen anuncios, aunque cuidado, porque no todos los dibujos animados que ofrecen estén pensados para niños y existe una cierta tendencia a usarlos de niñera sin horario y sin control.
Y en cuanto a los canales generalistas, prácticamente ninguno ofrece a los niños un espacio adecuado en el horario supuestamente infantil. Es más, la tarde –que es cuando los niños están en casa– se reserva a culebrones, programas del corazón o sucesos en absoluto recomendables para ellos. A eso se suman los anuncios, que no están preparados para asimilar por su lógica falta de espíritu crítico.
Un último consejo: muchos padres tienen la nefasta costumbre de ver las noticias con sus hijos pequeños y no se dan cuenta de que los niños no están preparados para atentados, guerras, maremotos, desgracias continuas que no hacen sino aterrarlos y estresarlos inútilmente. Podéis aprovechar la hora de la comida o la cena para apagar la caja tonta y comentar qué tal ha ido el día o cómo le va en el cole, escuchar música, etcétera.
LINK: http://www.webconsultas.com/bebes-y-ninos/educacion-infantil/ver-la-tele/que-ver-y-que-no-ver-3345
jueves, 17 de enero de 2013
PÁGINAS DE INTERÉS
A continuación os presentamos una serie de páginas de interés en las que se pueden encontrar una serie de recursos muy interesantes para trabajar en Educación Infantil.
Juegos en casa para jugar en compañía
Estas son
algunas ideas de juegos en compañía para los niños para que se mantengan
entretenidos sin salir de casa:
Caliente o frío
Se esconde
un objeto que el niño tiene que encontrar. Lógicamente tiene que estar en algún
lugar que le resulte accesible, no en el fondo del maletero del armario de dos
metros y medio de altura. Se le dan pistas, diciendo caliente cuando se acerque
al lugar donde está escondido el “tesoro”, que te quemas si ya casi lo tiene, o
frío y helado cuando se aleja demasiado.
¿Qué tacto tienes?
En una bolsa opaca se meten diversos objetos: un
cubierto, algodón, una llave, una paja, un botón, un caramelo, un trozo de
plastilina, un huevo (cocido para evitar accidentes), una bobina de hilo, una
esponja, una piedra, un pañuelo de papel, una manzana, una hoja seca, un ajo, un anillo...
Los participantes meten la mano por turnos, tocan uno de los objetos y tienen que
adivinar de qué se trata. El que lo consiga, debe sacar el objeto y elegir el
siguiente.
Inventar historias
Se trata
de narrar una historia inventada entre todos. Cada participante añade anécdotas
o nuevos personajes hasta llegar al desenlace. Alguien se puede encargar de ir
escribiendo el relato, y al terminar se pueden debatir modificaciones o cambiar
el final si hay una propuesta mejor. Otra forma de hacerlo es que uno de los
jugadores invente un cuento completo pero breve, y los demás, por turnos, le
añadan detalles y descripciones más elaboradas de los sucesos y los escenarios
donde transcurre la historia.
Tarareando
Uno de los
jugadores tiene que tararear una canción (pero que no se le escape ni una
letra), y los demás deben adivinar de cuál se trata. Tienen que ser canciones
populares, y si los niños ya son mayorcitos se les puede pedir que identifiquen
también al cantante o grupo que interpreta esa canción.
El juego de las películas
Para los
aficionados al cine. Se hacen dos equipos. Uno de ellos piensa una película
(infantil o juvenil, dependiendo de la edad de los niños) y se la dice al oído
a uno del equipo contrario, que deberá conseguir que sus compañeros la adivinen
representando alguna escena o las palabras que componen el título mediante mímica.
Antes de empezar, los equipos pueden consensuar si se va a permitir o no hacer
sonidos para facilitar el juego.
Adivina el animal o el personaje
Uno de los
jugadores piensa un animal, un personaje histórico o ficticio (o incluso un
miembro de la familia), y los demás tienen que tratar de adivinarlo haciendo
preguntas para limitar las posibilidades. Gana el que antes lo adivine aunque,
si los niños son mayores, se pueden introducir reglas que lo compliquen un poco
como establecer un máximo de preguntas por jugador, por ejemplo.
Hundir la flota
Solo
necesitamos un papel cuadriculado y un bolígrafo por persona. Se dibujan dos
cuadrados grandes en cada hoja y se numeran los cuadritos de una de las líneas
verticales, mientras que en la horizontal superior se pone una letra del
abecedario por cada cuadradito. Dentro de uno de los cuadrados cada
participante sitúa el mismo número de “barcos”, que consisten en rectángulos de
varios tamaños distribuidos aleatoriamente. Se suelen dibujar cuatro barcos
formados por un cuadradito, tres de dos, dos de tres, y uno de cuatro. El otro
cuadrado servirá para ir anotando las acciones de guerra, consignando cada
“disparo” realizado para localizar los barcos del contrario. Para “disparar” a
los barcos se emplean las coordenadas alfanuméricas, por ejemplo b-6, y en caso
de acertar, el contrincante lo comunica con un “tocado” tachando el cuadradito
afectado, o “hundido” cuando, tras varios disparos, el barco está totalmente
tachado. Si el atacante no acierta se dice “agua” y este lo tiene en cuenta
para no repetir coordenada.
El juego del ahorcado
Un jugador
piensa una frase, refrán, el título de un cuento o de una película, pero, al
trasladarlo al papel escribe únicamente una consonante (tantas veces como
aparezca en el texto escogido) y el resto de las letras se representan con
rayitas horizontales. En la misma hoja se dibuja una horca con un palo vertical
y otro horizontal (como una L invertida). El otro jugador debe ir diciendo
letras para completar el texto y, cada vez que diga una letra que no figura en
el mismo, se dibuja en la horca una parte del ahorcado (primero la cabeza,
luego el cuello, el tronco, los brazos y las piernas). Si no consigue adivinar
de qué se trata antes de terminar el cuerpo del ahorcado, habrá perdido el
juego.
¿Eres observador?
Los
miembros del juego se quedan en una habitación, preferentemente sentados para
que estén más cómodos. Uno de ellos sale y cambia algo de su aspecto (puede ser
una prenda de ropa de más o de menos, maquillaje, un accesorio, el pelo...).
Cuando vuelve, los demás tienen que averiguar qué es lo que ha cambiado. Puede
resultar más divertido complicarlo un poco y que el jugador que sale de la
habitación realice cambios en un dormitorio, en la cocina, o en el salón de la
casa, y solicite a los demás que saquen al detective que llevan dentro y los
descubran.
El escondite
Como el de
toda la vida. Uno se esconde y los demás le buscan. Cuanto más grande sea la
casa y más recovecos tenga, más divertido, pero si los niños son muy pequeños,
es mejor encontrarlos pronto porque de lo contrario se pueden aburrir o
asustar.
El escondite inglés
Una
variante del anterior si disponemos de una habitación o un pasillo largo, que
resulta divertido a los más pequeños. El que la “liga” se pone de espaldas a
los otros (que deben situarse al final de la habitación o el pasillo), frente a
una pared, y dice (muy deprisa): “una, dos y tres, al escondite inglés”.
Mientras habla, los demás participantes deben acercarse a él, a pasitos cortos,
pero, cuando el que la “liga” termina de hablar y se vuelve, los demás deben
permanecer totalmente inmóviles. Si pilla a alguno haciendo el más leve
movimiento, este debe retroceder dos pasos. Gana el que llega antes a la pared.
Veo, veo
Se juega
por turnos. Un jugador elige un objeto que tiene a la vista y dice a los demás
por qué letra empieza (“veo, veo”, “¿qué ves?”, “veo una cosita”, “¿por qué
letrita?” “empieza por la c”). Se trata averiguar qué es en el menor número de
intentos posible.
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